Nuestro vehículo es una herramienta imprescindible en nuestro día a día. Te damos algunas pautas para evitar averías en tu coche. Pequeños gestos o actitudes que pueden evitar que tengas que pasar por el taller.
Es fundamental que realices el mantenimiento de tu vehículo de forma escrupulosa. Pasa las revisiones cuando estén estipuladas por el fabricante: habitualmente es cada 15.000-20.000 kilómetros o un año, o cada 30.000 km o dos años; si dudas, puedes consultar en el manual de tu coche para averiguarlo.
Vigila los niveles
Comprueba los niveles de aceite y anticongelante, como mínimo, una vez al mes. No te llevará más de un par de minutos y, de esta forma, te garantizarás el no sufrir costosas averías -de hasta 2.000 euros- por falta de alguno de estos elementos. Hay coches que cuentan con un testigo en el cuadro de mandos que te alertan si su nivel está por debajo; si el tuyo no dispone de él, la única forma de comprobar el nivel de aceite y anticongelante es abrir el capó y hacerlo visualmente.
Limpieza de coche
La suciedad en ciertas partes del vehículo puede dañarlo. Conviene lavar la carrocería una vez al mes. Por supuesto, si ves algún excremento de ave en la chapa, límpialo cuanto antes, pues algunos son ‘letales’ con la pintura del coche. Si, además, aplicas una capa de cera tras el lavado -unos 25 euros un bote que te durará años-, protegerás el brillo de la carrocería. En cuanto al interior, es bueno limpiarlo, al menos, una vez cada trimestre. Utiliza una gamuza y un producto limpia-salpicaderos ?desde 6 euros- para los plásticos, mientras que, para la tapicería, emplea jabón textil ?desde 3 euros- y una esponja humedecida si es de tela y usa un limpiador de piel -desde 12 euros- si los asientos son de cuero. Asimismo, una limpieza de motor cada semestre ayudará a que el polvo no se incruste en las partes eléctricas: Limpia el motor con un desengrasante -tipo KH7; desde 3,5 euros- y un trapo para quitar el polvo más superficial.
Usa un buen aceite
Descarta los ‘baratos’; es mejor utilizar un lubricante sintético o semi-sintético más caro pero de mejor calidad. Por ejemplo, un 05w30 o un 10w40 -lo emplean la mayoría de los motores- no es excesivamente costoso: unos 38 euros la garrafa de 4 o 5 litros. Por otro lado, si tienes rellenar, utiliza un aceite con la misma viscosidad que el que hay en el motor.
Repuestos
En la mayoría de casos, los recambios de marca blanca son de buena calidad, pero no tanta como la de los repuestos originales; utiliza estos últimos si te lo puedes permitir -son un 30% más caros-.
Que ‘respire’ bien
El filtro de aire es un recambio que apenas cuesta 20? y que influye sobremanera en el funcionamiento del motor. Preocúpate de que esté siempre limpio y cámbialo cada dos revisiones -hazlo cada una si circulas mucho por ciudad, ya que es donde más se ensucia-. Además, es bueno limpiar el interior del propio emplazamiento del filtro con una gamuza, pues ahí suele acumularse polvo, hojas secas, insectos… Ten en cuenta que si entra mucha suciedad al colector de admisión, podría acabar en los cilindros, arañándolos y derivando en que el motor pierda rendimiento y consuma aceite en exceso, avería que te supondría unos 1.500 euros en reparaciones.
Radiador
Suele recibir el impacto de piedrecitas, insectos… Cada vez que laves el coche, examínalo visualmente para comprobar que no hay fugas y retira cualquier cosa que obstaculice su funcionamiento, como hojas, restos de insectos… Asimismo, es bueno reemplazar el líquido anticongelante una vez cada dos años y no utilizar agua para rellenar el depósito -podría corroer el radiador-.
Es mejor no utilizar el coche en esos casos pero, si lo haces, lava la carrocería a fondo después, pues la sal que esparcen las máquinas quitanieves puede provocar óxidos en los bajos -lo mejor es limpiarlos con un manguerazo-.
Que ‘duerma’ bien
Si el coche ‘duerme’ en garaje hay menos probabilidades de que sufra daños, pues a la intemperie está más expuesto a la humedad, al óxido, al frío y calor extremos, al sol, a pequeños golpes de aparcamiento, a robos…
No des portazos
Cierra las puertas, el portón trasero y capó con suavidad para evitar desajustes u holguras en la carrocería, los paneles de las puertas así como molestos ‘ruiditos’ al circular…
El seguro
Lo ideal es tener una póliza a todo riesgo, ya que así te será más fácil mantener la carrocería en buen estado pintándola periódicamente.
no olvides…
Hay elementos ‘olvidados’ a la hora de mantenerlo, como los amortiguadores, los guardapolvos de las transmisiones, el aceite de la caja de cambio… Sustituye los dos primeros elementos cada 80.000 km -por aproximadamente 700e y 130 euros, respectivamente- y reemplaza el aceite de la caja de cambio cada 120.000 km -cuesta unos 75 euros-.
Mantenlo ‘en forma’
Si vives en un lugar frío, es muy probable que no necesites accionar el aire acondicionado durante largos periodos. No obstante, es bueno conectarlo, al menos, una vez cada dos meses durante 20 minutos para que el compresor -una pieza muy cara; en torno a 800 euros- no se deteriore.
La batería
La mayoría de la gente sólo se suele acordar de la batería cuando el coche no arranca, pero aumentarás su duración si mantienes lo bornes engrasados con un poco de vaselina -desde 3 euros-. Así evitarás que se sulfaten -es decir, que aparezca un polvillo amarillo en ellos- y aumentar la vida la batería en hasta un 25%. Además, si vas a dejar el coche sin usar más de 45 días, es recomendable desconectar el borne negativo para que no se descargue: eso sí, ten en cuenta que, cuando lo conectes, la radio del coche te pedirá que introduzcas el código de seguridad -que te debieron entregar cuando compraste el coche-. Por último, no acciones los sistemas eléctricos con el motor apagado -como los elevalunas, la radio…-, pues eso descarga muy rápido la batería.
Vigila las ruedas
Es vital para los neumáticos que tengan la presión que recomienda el fabricante del coche -la encontrarás en el libro de usuario o en una pegatina que suele ir en la cara interior de la tapa del depósito de combustible o en el zócalo de la puerta del conductor-. Además, rota los neumáticos cada 20.000 km para que se gasten a la vez, lo cual además beneficiará el comportamiento del vehículo. Por último, siempre que sustituyas los neumáticos, manda que comprueben la alineación de los ejes: cuesta unos 40 euros, pero merece la pena porque así las ruedas se gastarán de forma correcta y durarán un 50% más.
Ojo donde aparcas
Aunque, hoy en día, las bombas de aceite de los motores son capaces de distribuir el lubricante con eficacia, no es bueno aparcar habitualmente en una pendiente, pues el aceite se acumula en una parte del motor y podría no llegar a otras en el momento del arranque.
¿y al volante?
Temperatura
Hay que respetar los tiempos de calentamiento del motor. No inicies la marcha nada más arrancar: mantén el motor al ralentí durante un minuto antes de ponerte en marcha. Así te asegurarás de que el lubricante ha cogido la temperatura adecuada y ha llegado a todas las partes del motor.
Ojo con el turbo
Si el motor tiene turbo, no lo apagues directamente tras un uso intensivo o un recorrido de más de 120 km: espera en torno a un minuto con el motor al ralentí para que el turbo tenga tiempo de refrigerarse. De lo contrario, podrías ocasionar el deterioro de la turbina, lo que supone una avería de unos 1.800 euros.
Suave y cuidadoso
Esto no significa que haya que conducir siempre despacio, sino que cualquier movimiento lo hagas con suavidad, como acelerar, frenar, accionar el embrague, girar el volante, mover la palanca de cambio… Así harás que el motor y los elementos de la suspensión sufran menos.
Necesitas más potencia
Si vas a efectuar un adelantamiento y precisas ganar velocidad, es mejor reducir una marcha o dos y ‘estirar’ el motor antes que acelerar a fondo en una marcha larga con el motor por debajo de 2.000 rpm. De este último modo, el motor se ve más forzado y, además, gasta mucho carburante.
Cuidado con los badenes
Aunque sean un ‘incordio’, es mejor sobrepasarlos lo más despacio posible, ya que así los amortiguadores, los rodamientos y las transmisiones no sufrirán tanto.
No lo ahogues
No es bueno llevar el motor muy bajo de revoluciones, ya que fuerzas el cigüeñal, una avería de más de 1.200 euros. Lo ideal es conducir siempre suave pero, una vez al mes, es bueno dar algún acelerón para ‘limpiar’ el motor y el sistema de escape. Conduce en un régimen de revoluciones en el que el motor no necesite mucho esfuerzo: cambia de marcha a las 2.500 rpm en los gasolina y a las 2.000 rpm en los diésel: Así, además, practicarás una conducción eficiente que te hará ahorrar hasta un 20% en combustible.
y si vas a correr
Conduce de forma suave cuando el motor esté frío. Lo ideal es que, hasta que veas que la aguja de la temperatura del motor se sitúa en la mitad del indicador -esto es a unos 90ºC; si tu coche no tiene indicador, espera unos 5 minutos-, no superes las 2.100 rpm en los gasolina y las 1.700 rpm en los diésel.
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