Los conductores con defectos visuales refractivos (miopía, hipermetropía y astigmatismo) disponen de dos opciones para coger el volante: usar gafas para conducir u decidirse por el uso de lentes de contacto.
Conozcamos las ventajas e inconvenientes de ambas alternativas:
Pros y contras de usar lentillas para conducir
Aunque las ventajas estéticas de las lentillas no pueden ponerse en duda, no siempre puede decirse lo mismo de su funcionalidad.
En el aspecto relativo a la transparencia y a la agudeza visual, aventajan claramente a las gafas. Además, nos permiten usar simultáneamente unas gafas de sol. Por lo tanto, usar lentillas para conducir parece ser la primera opción.
Pero no siempre esto es así: por ejemplo, la miopía es un defecto visual que, salvo en el caso de graduaciones elevadas, es corregible mediante el uso de lentes de contacto. Pero quienes sufren de astigmatismo o hipermetropía no siempre obtienen una calidad aceptable de visión.
Además, no todas las personas admiten bien las lentillas: son frecuentes los casos de irritación, sequedad ocular y sensación de tener algo dentro del ojo.
Las personas que las toleran bien también son susceptibles de tener esas molestias, cuando han hecho uso de ellas durante tiempos prolongados o en ambientes contaminados o secos.
Finalmente, cualquiera que utilice lentillas sabe que es fácil perder una de ellas, por lo que, si optamos por esta solución para conducir, es recomendable que también llevemos un juego de repuesto o unas gafas.
¿Para conducir, lentillas blandas o duras?
Independientemente de las características constructivas y funcionales de ambas modalidades de lentes de contacto, se recomienda usar lentes de contacto blandas para conducir, siempre que el defecto refractivo lo permita.
El motivo es que las lentillas duras se desprenden de la superficie ocular con mayor facilidad que las blandas. Tengamos en cuenta que la caída de una lentilla puede provocar unos instantes de distracción en el conductor afectado, con el consiguiente riesgo de colisión o pérdida de control del vehículo.
Ventajas e inconvenientes de usar gafas para conducir
Usando gafas para conducir, desaparecen las inconveniencias de las lentillas: no producen molestias oculares ni corremos el riesgo de extraviarlas durante la conducción.
Además, las gafas corrigen suficientemente cualquier defecto refractivo, salvo cuando la graduación es extremadamente alta.
Cierto es que las gafas graduadas pueden producir reflejos durante el día y durante la noche y que nos impiden utilizar gafas de sol. Pero por un poco más de dinero, podemos disponer de gafas con cristal antidestellos, de gafas de sol graduadas y de gafas graduadas con cristal de tonalidad variable.
Evidentemente, las gafas pueden caerse y romperse en cualquier momento del día. Conque si usamos gafas para conducir, siempre llevaremos en la guantera un par de repuesto.
En definitiva, si lo que deseamos es agudeza visual, nos decantaremos por las lentillas a la hora de coger el volante. Y si tenemos problemas de fatiga visual o un defecto refractivo incompatible con las lentes de contacto, tendremos que usar gafas para conducir siempre. Eso sí, caso de que decidamos emprender viaje utilizando lentillas, no olvidemos llevar también nuestras gafas graduadas, en prevención de imprevistos.
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