El director general de Tráfico, Pere Navarro, propone una reforma del carné para que se amplíe el número de puntos que se quitan por el uso del teléfono móvil al volante (de los 2 actuales a 4 o 6) y por no llevar el cinturón de seguridad (de 3 a 4).
Navarro, a su vez, insta a los grupos políticos a consensuar algunas medidas para rebajar la siniestralidad, entre ellas la retirada de más puntos por esas infracciones.
Pero, también, unificar a 90 kilómetros por hora la velocidad máxima en todas las carreteras secundarias o convencionales (en las con arcén de 1,5 metros es ahora de 100 km/h), que sean obligatorias algunas clases presenciales sobre seguridad vial para obtener el carné de conducir y que los profesores de autoescuela se formen de forma reglada en la formación profesional.
Según Navarro, habría que aumentar el número de radares para el control de la velocidad. «Lo siento, pero es el único medio que tenemos», asegura Navarro antes de comparar los 7.200 aparatos de este tipo que tiene el Reino Unido y los 4.000 de Francia con los 1.000 de España. También ha avanzado que en octubre se incorporarán 250 nuevos agentes a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y en 2019 lo harán otros 400.
Tras apostar por el debate en materia de seguridad vial porque hablar de ellos reduce las muertes, Navarro ha abogapor la puesta en marcha de medidas concretas, que deben plasmarse en la ley, y por la movilización de la sociedad civil. Unas medidas que deben tener en cuenta los datos de la siniestralidad vial en 2017 y que marcan dónde deben concentrarse los esfuerzos.
Así, recuerda que el 77% de los fallecidos en accidente mueren en las carreteras convencionales, sobre todo pro salidas de vía y choques frontales (en ambos casos la velocidad excesiva está presente), y que el 46% de los muertos pertenece a colectivos vulnerables (peatones, ciclistas y motoristas). Y es ahí donde se quiere incidir, así como en las distracciones (el móvil sobre todo), asegura Pere Navarro.
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