Vamos circulando por carretera y de repente se enciende la luz que indica que estás en reserva. Es algo relativamente habitual pero… ¿y si no hay una gasolinera a mano?. ¿Cuáles son los peligros de apurar y utilizar la reserva?.
Lo ideal para evitar este tipo de situaciones es tratar de no apurar tanto el depósito, pero en ocasiones como viajes largos o en las que simplemente no hemos calculado bien nuestras reservas, es habitual que nos quedemos con el combustible al mínimo. Por ello, además de contar con ese «colchón» de kilómetros que nos ofrece la reserva, hemos de saber también los inconvenientes que conlleva hacer uno de ella.
¿Por qué no deberíamos circular con la reserva?
En los últimos litros del depósito de nuestro vehículo es donde se encuentran las impurezas del combustible. Cada vez que repostamos se introducen en el depósito partículas en suspensión que se asientan en el fondo del depósito. Cuando el combustible está bajo mínimos, esas partículas son absorbidas por la bomba de inyección. Aunque el filtro del combustible evita que la mayoría de esas partículas lleguen al motor, no lo hace al 100%.
Las parafinas son unas de estas partículas líquidas que pueden pasar al sistema de inyección y dañar gravemente los inyectores. Esta es una de las consecuencias más frecuentes de quedarse parado en la carretera.
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